miércoles, 9 de junio de 2021

Las tres decisiones de Cs

Ciudadanos celebrará el 17 de julio una convención, de carácter deliberativo, tras una sucesión de malos resultados electorales que amenazan la supervivencia del partido. Escribo esta entrada en mi abandonado blog como votante a Cs en las últimas elecciones autonómicas madrileñas, simpatizante desde hace tiempo y exafiliado en sus inicios hasta que surgió UPYD, partido al que estuve afiliado de principio a fin. Por tanto, escribo desde fuera de la organización con la intención de ayudar en un debate que deberá desarrollarse en el ámbito interno de la misma.

En mi opinión, Cs debería tomar decisiones al menos en tres líneas estratégicas:

1. ¿Liquidar el partido y convertirlo en una plataforma? Con el auge de Podemos/Más País y Vox los extremos del espectro político se han hecho más patentes. Esto conlleva que PP y PSOE se convierten en partidos de centro o, al menos, los centra en el espectro frente a otras opciones. Es decir, el fin del bipartidismo ha achicado el centro. Ojalá no hubiera sido así y el fin del bipartidismo hubiera significado la consolidación de un partido de centro, pero es lo que hay. Las elecciones autonómicas madrileñas han demostrado que Cs no tiene suelo electoral (votantes que se identifican con el partido pase lo que pase) ni en sitios donde hace poco obtuvo muy buenos resultados. Quizá la excepción sea Cataluña, donde Cs tiene más historia y arraigo y puede que allí si tenga un apoyo suficiente para garantizar cierta representación institucional.
Cs ya no cuenta con el respaldo de los medios de comunicación, y los poderes fácticos, que apoyaron su expansión por el conjunto de España. Es necesario preparar y adaptar el partido a la travesía por el desierto que le espera.
La liquidación de Cs como partido permitiría que sus cargos públicos pudieran seguir en política en otros partidos con cierta honorabilidad, que sus afiliados pudieran dedicarse a menesteres más fructíferos que embalsamar una momia, y que quizá a medio-largo plazo vuelva a surgir un proyecto en su espacio político. Si Cs no existiera habría que inventarlo, lo que no implica que pueda seguir existiendo en las circunstancias actuales.
Convertir el partido en una plataforma o asociación permitiría mantener cierta estructura organizativa, vínculos personales y dar soporte a iniciativas políticas vinculadas al proyecto que representaron Cs y UPYD. UPYD colapsó antes de que esa posible plataforma, planteada en el ámbito interno, fuera viable porque perdió rápidamente su capital político y humano. Cs todavía está a tiempo de crear algo fructífero. Los intentos existentes actualmente de constituir una plataforma de este tipo no pasan de ser pequeños grupos de personas, válidas en muchos casos, pero con más pasado que futuro desde una perspectiva política.

2. ¿Reducir su ámbito de actuación para volver a ser un partido de ámbito exclusivamente catalán? Volver a los inicios. Al nacionalismo catalán se le vencerá desde Barcelona, no desde Madrid, donde siempre habrá un gobierno dispuesto al pasteleo a cambio de mantenerse en el poder, como vemos con el tema de los indultos. Cs demostró que los separatistas no están enfrentando Cataluña al resto de España, sino a una parte de Cataluña contra la otra parte. Cs no ha conseguido implantarse en el resto de España, porque creció demasiado mal y demasiado rápido. Y en algunos casos, promoviendo el transfuguismo y la traición. Por desgracia, después le ha tocado a Cs vivirlo en sus carnes.
Basta analizar sus pactos autonómicos para comprobar que Cs fuera de Cataluña solo ha servido para devolverle al PP en las instituciones el voto que había perdido en las urnas. En Cataluña ha sido el partido más votado y líder de la oposición, en buena parte gracias a Arrimadas aunque no sólo por ella. Ha roto el estatus quo y los equilibrios en el cenagal nacionalista, que ha colapsado a la espera de que Sánchez lo reanime. Cs ha hecho historia en Cataluña, en el resto de España se queda en anécdota. Esto se ve bastante claro cuando se ha vivido desde Barcelona y desde Madrid el auge de Cs. Es la diferencia entre el rompedor y el advenedizo, que a veces pueden ser la misma persona u organización según las circunstacias.

3. ¿De izquierdas o de derechas? Redefinir el proyecto ideológicamente empieza por responder a esta pregunta o, mejor aún, no responderla: ni de izquierdas ni de derechas. Cs tiene que escapar de ese terreno de juego por una razón obvia: no le beneficia, en ese marco no ganará nunca.
No quiero hablar de UPYD, que en estas circunstancias es como mencionarle a un enfermo a su hermano muerto, pero si algo distinguió a UPYD de Cs fueron sus inicios y la claridad en la definición del proyecto. En los inicios de Cs sabíamos lo que no éramos (nacionalistas), pero no lo que queríamos ser. En UPYD sabíamos lo que no éramos y lo que no queríamos ser (PP, PSOE) con unas líneas de actuación muy nítidas que se fueron desarrollando a nivel teórico, aunque nunca tuvieran una aplicación práctica más allá de aspectos puntuales. En ese sentido, no estoy seguro que UPYD llegase a hacer política en toda su amplitud, como sí ha hecho Cs.
Un error que cometimos ambos fue estigmatizar a PP y PSOE hasta el punto de hacer parecer ante la opinión pública que un posible acuerdo o pacto con ellos llevaba implícita la traición a uno mismo.
Creo que en UPYD nos hubiera gustado sustituir al PSOE para que no gobernase el PP, no pactar un gobierno con ninguno de los dos. Una aspiración legítima pero poco viable.
También entiendo que era difícil que Cs pactase con el PSOE un gobierno para España cuando pudo hacerlo. Fue un error que aún está pagando.
El españolito medio(idiota) que se (des)informa de política exclusivamente por la tele identificará al PP con la bajada de impuestos, el conservadurismo moral y lo que podríamos resumir en "la España cañí". Al PSOE con el estado social, el progresismo moral y "la España plural", no sólo en un sentido territorial.
Sin embargo, a Cs lo identificará con Rivera (antes) o Arrimadas (ahora), como UPYD se identificaba con Rosa Díez, o a la UCD/CDS con Suárez. Más que un partido sin cabeza, un partido sólo con cabeza. Un partido que se comporta más como una plataforma electoral que como un partido en sentido clásico. La idea misma de una convención como la que se va a organizar suena más a campaña publicitaria que a la búsqueda de debates de fondo, pero podría ser el inicio de un debate que conduzca a la toma de decisiones.
Cs debería buscar su espacio diferencial (odio lo que se parece esta expresion a la terminología nacionalista; entiéndaseme por favor), afianzarlo y reclamarlo. Lo del "liberalismo" mejor guardarlo en el baúl de los recuerdos, dado que es una etiqueta aplicable desde ciertos sectores del PSOE hasta Vox. La posible redefinición ideológica del proyecto excede el objetivo de esta entrada, que pretende ser breve para no abusar del lector.

En fin, mi propuesta sería que Cs vuelva a ser un partido de ámbito exclusivamente catalán, creando una plataforma vinculada al mismo en el resto de España. Una plataforma en la que pudiera caber gente afiliada o con cargo en PP y PSOE fuera de Cataluña y dando libertad a los cargos actuales de Cs fuera de Cataluña para afiliarse o colaborar con alguno de los dos partidos. Se podría aprovechar esa reconfiguración para redefinir el proyecto a medio-largo plazo, lo que sería más fácil de realizar sin el regate corto del día a día. En Política es más dulce la entrada que la salida, pero a veces hay que dar un paso atrás para poder dar después dos hacia delante. No toda retirada es una derrota. Sólo merece ser cargo público de un partido aquel que se ha afiliado a dicho partido pensando en el largo plazo. Ah, ¡y a la mierda las primarias!

Se decida lo que se decida, o aunque no se decida nada, le deseo suerte a Cs.

jueves, 14 de diciembre de 2017

UPYD TIENE QUE MOJARSE EL 21-D

Supongo que ya les habrá llegado la broma sobre lo problemáticos que prometen ser los días del 21 al 25 de diciembre para el común de los españoles:
    21-D elecciones autonómicas en Cataluña,
    22-D lotería de Navidad,
    23-D partido Real Madrid-Barça,
    24-D cena con parte de la familia,
    25-D comida con la otra parte...
En fin, que durante cinco días parece que va a ser difícil no llevarse algún pequeño disgusto o tener alguna pequeña bronca. Del fútbol y la lotería se puede pasar, pero de la familia y del 21-D conviene no hacerlo.
Por segunda vez durante los 10 años que llevo afiliado a UPYD, mi partido no se presenta a unas elecciones autonómicas catalanas. Tampoco se presentó, contra mi criterio, en las últimas elecciones autonómicas vascas que se han celebrado.
Es evidente que las del 21-D son unas elecciones excepcionales: por el colapso de un nacionalismo desenfrenado durante décadas, por su convocatoria al amparo del artículo 155 de la Constitución Española, por la división (por fin manifiesta) de la sociedad catalana generada por el nacionalismo y, sobre todo, por la posibilidad de empezar a cambiar las cosas en Cataluña.
Si uno piensa que nadie es mejor que otro por el lugar en que ha nacido, ni que los impuestos que paga le deben revertir fundamentalmente a sí mismo, ni que el uso de una lengua deba imponerse, ni cree formar parte de un colectivo humano cuyo vínculo fundamental entre sus miembros procede de sus tradiciones y su lengua materna, que además les vincula con las generaciones pasadas y futuras constituyendo un ente abstracto de límites mal definidos pero que transita por la historia llamado a un destino mejor... En fin, si uno no es nacionalista, la verdad es que tiene pocas opciones a las que votar el 21-D.
En esta tesitura conviene empezar por dejar claro que el PSC no es un partido constitucionalista. El PSOE, que sí es un partido constitucionalista, no existe en Cataluña. Tampoco tiene un socio, ni un primo lejano, ni desde luego un partido hermano. El PSOE tiene un parásito en Cataluña cuya marca electoral por sistema consigue peores resultados en las autonómicas que los que consigue la marca nacional en las elecciones generales. En el origen del procés está la genial idea de Zapatero y Maragall de jugar a ser más nacionalistas que los nacionalistas, con un nuevo Estatut que no ha servido para nada más que crear problemas. Nadie prefiere la copia al original. Y aunque sea agua pasada, no debemos olvidar que pasó. Ni que por entonces Iceta era portavoz del PSC en el Parlament y su viceprimer secretario.
El PP hace tiempo que renunció a Cataluña. Y claro, pasar cada cierto tiempo a intentar recoger votos no les funciona salvo con algunos despistados. Eran felices en el enjuague con CiU, como lo son con el PNV y el cuponazo vasco (el cupo es más una lotería que un cálculo matemático). Y parece que siguen pensando que el nacionalismo se cura con dinero.
Ciudadanos es, hoy por hoy, la única opción posible para que las cosas empiecen a cambiar en Cataluña. Pese a sus contradicciones y ambivalencias (como su posición respecto al cupo vasco antes de las últimas elecciones vascas; nada que ver con lo que dicen hoy), representa la única alternativa real para reconstruir lo que el nacionalismo ha arrasado en Cataluña y recuperar la convivencia.
UPYD, aunque no se presente a las elecciones, tiene una responsabilidad para movilizar a sus afiliados y simpatizantes en un día tan decisivo. Un día en que, todas las encuestas coinciden, la participación de los votantes va a ser clave. El Consejo de Dirección de UPYD ha decidido que no nos presentemos el 21-D, pero nuestros afiliados y simpatizantes en Cataluña sí deberían ir a votar. Para seguir siendo útiles UPYD tiene que mojarse, como hemos hecho siempre.
UPYD debe pedir el voto para Ciudadanos el 21-D. Ciudadanos ya pidió el voto para UPYD una vez, y nos les ha ido mal desde entonces. Toca devolver el favor.
Para algunos compañeros de UPYD resultará incómodo reconocerlo, y lamento que haya a quien no le guste leer esto. Pero es lo que hay. Y obviarlo renunciando a hacer política en un momento clave para la historia de España sería un grave error.

viernes, 22 de mayo de 2015

Cosas a cambiar en la Sanidad madrileña (3): mejorar la gestión de lo público

Creo que es evidente que la Sanidad madrileña está mal gestionada. Urge reorientar la situación actual hacia un modelo en el que prime:
  1. El interés de los pacientes frente al electoralismo. Un hospital nuevo te da votos, pero con el modelo utilizado en Madrid también te hipoteca y te obliga a pagar ladrillo durante 30 años, lo que reduce la posibilidad de destinar recursos hacia los hospitales preexistentes y disminuye su actividad. Conclusión: la lista de espera quirúrgica está en cifras récord, con un aumento del 50% en los últimos cuatro años. Se han construido más hospitales para pacientes agudos, cuando hay una demanda creciente de camas para pacientes crónicos.
  2. La profesionalización de la gestión y la participación de los profesionales. Las direcciones de los hospitales no pueden seguir ocupadas por puestos de confianza política. No sé si cuando uno de ellos cambia de partido (del entorno del PP a Ciudadanos) un mes antes de las elecciones se puede hablar de transfuguismo, pero queda raro, sobre todo si uno ha sido el número 2 del actual consejero de Sanidad en el Ramón y Cajal, y antes ha sido el número 2 del actual Director General de Atención Especializada en Puerta de Hierro. Los centros de salud madrileños necesitan una definición estable de su estructura directiva, tras la sentencia judicial que hace ya tres años y medio anuló la norma que se había aprobado. Lo de cesar a cuatro directores de centros de salud por su implicación en la marea blanca, también queda raro.
    Sólo con una profesionalización estricta de los puestos de gestión se conseguirá una participación real de los profesionales sanitarios, para garantizar que las decisiones estratégicas se tomen con criterios técnicos y no políticos. La politización de los puestos de gestión es un lastre para la Sanidad como lo fue para las cajas de ahorros.
    En este punto tan dado al marketing electoral es particularmente importante la coherencia: sólo UPyD pidió en 2009 en el Congreso la despolitización de las cajas de ahorro y sólo UPyD ha renunciado en esta legislatura a estar en el consejo de Telemadrid.
  3. La transparencia, la evaluación y la rendición de cuentas. El Observatorio de Resultados del SERMAS es un primer paso, pero insuficiente. La lista de espera quirúrgica no se publica desglosada por hospital, mientras las listas de espera diagnósticas o la información sobre derivaciones a la privada por centro ni se publican, es imposible conocer datos importantes del gasto sanitario real y la última memoria del SERMAS se publicó más de un año después del final del ejercicio, como UPyD ya denunció en su momento. Lo que no se evalúa no se puede mejorar.

  4. La autosuficiencia y el buen aprovechamiento de los recursos. Esto implica necesariamente:
    • Unos presupuestos sanitarios creíbles. Los presupuestos sanitarios no se cumplen, con crisis económica o sin ella, y se generan nuevas partidas de gasto mientras se está incumpliendo el presupuesto. No tendremos una Sanidad sostenible hasta que no tengamos presupuestos creíbles.
    • Los hospitales públicos tienen que funcionar por las tardes. La inmensa mayoría de los quirófanos y las consultas de los hospitales madrileños de gestión pública no funcionan por las tardes. Hay que invertir más en bata blanca y menos en ladrillo, recuperando progresivamente los 6.000 profesionales sanitarios perdidos de 2011 a 2013.
    • Potenciar la Atención Primaria y la Salud Pública. Un sistema sanitario que potencia la Atención Primaria es más eficiente. Apostar por la Salud Pública genera importantes ahorros a largo plazo.
  5. Reformar la estructura de la administración sanitaria y el reparto de competencias. ¿Qué sentido tienen que coexistan el SUMMA (urgencias extrahospitalarias en domicilios; dependiente de la Comunidad) y el SAMUR (urgencias extrahospitalarias en la calle; dependiente del Ayuntamiento de Madrid) y otros servicios de urgencias municipales? ¿Y que coexistan el Instituto de Adicciones (Ayuntamiento de Madrid) y la Agencia Antidroga (Comunidad)? No se trata de gastar menos, sino de gastar mejor. El ministerio de Sanidad también debe recuperar competencias para mejorar la gobernabilidad del sistema, resolver la fragmentación, y garantizar la igualdad y la libertad de todos los españoles, tanto pacientes como profesionales sanitarios, independientemente de la comunidad autónoma en la que residan.
Creo que el grupo parlamentario de UPyD en la Asamblea de Madrid ha sido útil durante la legislatura que termina, aunque obviamente nos hubiera gustado tener mayor capacidad de influencia. Creo que tenemos un equipo que ha generado confianza, porque decimos lo que hacemos y hacemos lo que decimos (como decía Savater el pasado sábado, ahora otros dicen que van a hacer lo que nosotros ya hemos hecho). Y creo que podemos ser decisivos y clave para que en la Sanidad madrileña se produzca un cambio real después del domingo. Habrá que pactar, pero antes hay que tener las ideas claras.

martes, 19 de mayo de 2015

Cosas a cambiar en la Sanidad madrileña (2): revisar los contratos con hospitales de gestión privada

En los centros adscritos al Servicio Madrileño de Salud (SERMAS) nos encontramos actualmente tres niveles distintos de privatización de la gestión hospitalaria:
  1. Siete hospitales de gestión mixta, en los que la empresa concesionaria ha construido el hospital y gestiona los servicios no sanitarios, los auxiliares administrativos y los celadores o TIGA (Transporte Interno y Gestión Auxiliar). El SERMAS gestiona el personal médico y de enfermería a través de una empresa pública. La concesión tiene una duración de 30 años. Son los hospitales Puerta de Hierro (Majadahonda), Infanta Sofía (San Sebastián de los Reyes), Infanta Leonor (Vallecas), Infanta Cristina (Parla), del Henares (Coslada), del Sureste (Arganda), y del Tajo (Aranjuez).
  2. Cuatro hospitales de gestión íntegramente privada, en los que la empresa concesionaria se encarga de todos los servicios del hospital, tanto los sanitarios como los no sanitarios. La concesión tiene también una duración de 30 años. Son el Infanta Elena (Valdemoro), el de Torrejón, Rey Juan Carlos (Móstoles) y el de Collado Villalba.
  3. Un hospital privado con un concierto "singular" (sic): la Fundación Jiménez Díaz.

A 31 de Diciembre de 2013 (último dato del que dispongo), las tarjetas sanitarias de los pacientes madrileños se distribuían así entre los distintos modelos:


Teniendo en cuenta que 3 de los 5 hospitales de gestión íntegramente privada que existen actualmente en el servicio sanitario público de la Comunidad de Madrid se han abierto en los últimos cuatro años, no parece muy realista afirmar que en esta legislatura ha fracasado la privatización de la gestión sanitaria, aunque los contratos que dieron origen a dichos centros provengan de la legislatura anterior. Once de los 37 hospitales de la red del SERMAS están hipotecados, en el sentido de que no se terminará de pagar por su construcción hasta que pasen 30 años desde el inicio de la concesión.

Para no extenderme, sólo voy a dar un ejemplo de cada modelo para explicar por qué UPyD considera que dichos contratos podrían perjudicar, al menos en parte, el interés público. Y por ello nos comprometemos a  la revisión de los mismos si somos decisivos tras las próximas elecciones:

1. El modificado nº1 del Hospital Puerta de Hierro reconoce (página 4 del PDF del enlace) un coste para la empresa concesionaria de 11 millones de euros, pero como la consejería de Sanidad tiene que pagar atrasos y reajustar el equilibrio económico financiero de la concesión (página 12 del PDF, último párrafo) para garantizar al accionista una TIR (Tasa Interna de Retorno) del 11,33% el gasto total para los madrileños de dicho modificado es prácticamente el triple de su coste: 30,7 millones de euros (página 75 del PDF). Teniendo en cuenta que la concesionaria tiene la demanda prácticamente garantizada, la rentabilidad que le garantiza la administración parece claramente excesiva.

2. El Hospital de Collado Villalba se inauguró con dos años de retraso. En teoría porque no había dinero para abrirlo. Finalmente su apertura se produjo pocos meses antes de las elecciones a pesar de que seguía sin haber dinero suficiente (si se quería cumplir el presupuesto de Sanidad). El caso es que leyendo el contrato de apertura (antecedentes décimo y undécimo en la página 4 del PDF) comprobareis que por un hospital que ha costado 76 millones, en los dos años que ha estado cerrado ya se han pagado 16 millones. Por tanto, en dos años se ha pagado la quinta parte del coste de la construcción, y quedan otros 28 años para seguir pagando...

3. La Fundación Jiménez Díaz (FJD) en teoría fue "rescatada" de su crisis económica por una multinacional en 2002. La Comunidad suscribió en 2002 un nuevo convenio con el centro por el que espera pagar 10 años después 151 millones anuales. La realidad es que en 2012 se pagaron 312 millones. Mirad en el último enlace la evolución de las liquidaciones a la FJD. Os invito a buscar algún hospital madrileño de gestión pública con una evolución de gasto similar. Desde luego, con el presupuesto de Sanidad de la Comunidad de Madrid esto no ha ocurrido. Es cierto que se ha aumentado el área asignada a este hospital (¿por qué justo a éste?), pero también lo es que tiene una condiciones económicas bastante particulares por las que, entre otras cosas, por su complejidad se le paga de media un 20% más del precio público.

En fin, que hay razones para revisar con calma estos contratos de cara a intentar defender mejor el interés público. La impresión es que, como le dije al consejero en su momento, con la privatización de la gestión sanitaria el Partido Popular ha primado ideología sobre la evidencia.



miércoles, 13 de mayo de 2015

Cosas a cambiar en la Sanidad madrileña (1): recuperar la cobertura universal

Si os dijera que la legislatura que termina ha sido intensa en lo referente a la política sanitaria os mentiría: ha sido muy intensa. Resumiéndolo mucho, podríamos decir que en la Sanidad de Madrid hemos vivido en los últimos cuatro años el colapso de una burbuja sanitaria que se mezclaba con esos problemas estructurales de nuestro Sistema Nacional de Salud (SNS) que nadie parece interesado en resolver:
- desgobierno y fragmentación,
- infrafinanciación y asignación no planificada de recursos,
- y políticas erráticas al albur del partido de turno.
En Política, como en la vida, a veces el presente te hace olvidar el pasado porque estás preocupado por el futuro. Y así nunca hay forma de hacer balance, algo imprescindible si pretendes actuar con racionalidad y coherencia.
Bueno, pues aunque hubiera querido hacerlo mucho antes, comienzo hoy una serie de entradas en este blog personal sobre cosas que nunca deberían haber ocurrido en la Sanidad madrileña, que de hecho podría ser un título alternativo. Sé que en mitad de la campaña no voy a tener tiempo de escribir sobre todos los asuntos que me gustaría y os pido disculpas de antemano por ello.
Mi enfoque inicial era ese, un balance, pero ya que estamos en campaña y con poco tiempo permitidme matar dos pájaros de un tiro. Si UPyD es decisivo tras las próximas elecciones del 24 de mayo, como señala alguna encuesta de las que no se publican, esas cosas que nunca deberían haber ocurrido empezaran a cambiar. Así este balance se convierte también en una serie de compromisos.

1. RECUPERAR LA COBERTURA UNIVERSAL DEL SISTEMA SANITARIO

Fue el PP (sí, el Partido Popular), con Aznar como presidente y Rajoy como ministro, el que universalizó la asistencia sanitaria a inmigrantes en situación irregular en España mediante una reforma de la ley de extranjería. ¿Qué oscura razón podía tener para ello? Muy sencillo: mirad nuestra pirámide poblacional y veréis que dentro de no mucho en España se venderán más pañales para ancianos que para bebes, como decía John Müller hace no mucho en El Mundo. Esto no dejaría de ser anecdótico si uno no quisiera seguir manteniendo una Seguridad Social digna de tal nombre en España. Tenemos un problema y los inmigrantes son parte de la solución.
Pero si Europa te pide que recortes gasto y que des muestras de (aparente) contundencia en tu determinación: ¿qué mejor que tomar medidas contra un colectivo especialmente vulnerable que, además, no vota?

No sé si sabéis que Javier Fernández-Lasquetty, el consejero de Sanidad que siguiendo instrucciones de Esperanza Aguirre aplicó la exclusión sanitaria a inmigrantes en situación irregular había sido años antes consejero de Inmigración y Cooperación de la Comunidad de Madrid, por lo que en principio debía conocer la situación del colectivo afectado. Otras comunidades gobernadas por el PP no han aplicado la exclusión sanitaria.

Según respuestas del gobierno de la Comunidad a dos preguntas parlamentarias realizadas por UPyD, en Madrid se retiraron 40.000 tarjetas sanitarias sin tener ni idea del coste que generaba la asistencia a dichas personas.

Que quede claro: los inmigrantes en situación irregular no son una amenaza para la sostenibilidad de nuestro sistema sanitario. La inmensa mayoría son jóvenes sanos y el denominado efecto llamada nunca se ha medido, pero muy probablemente tiene un impacto mínimo en la actividad asistencial. Lo que sí es un riesgo para la salud del conjunto de la población es permitir guetos de personas que al no poder acceder con normalidad a la asistencia sanitaria sirvan de reservorio de enfermedades transmisibles. La cobertura universal no es sólo una cuestión de solidaridad, sino también de inteligencia.

Por último, os dejo una imagen de triste actualidad:

Parece ser que el padre de este niño de 8 años no sabía que, al tener residencia legal en España, podía recurrir a la reagrupación familiar y traerse a su hijo. Por eso, lo metió una maleta e intentó atravesar la frontera en Ceuta, le pillaron y ahora está en prisión acusado de tráfico de seres humanos.
En la Sanidad madrileña pasa algo similar, hay hijos de inmigrantes en situación irregular que aunque en teoría no deberían estar excluidos tienen problemas para acceder con normalidad al sistema sanitario puesto que no pueden inscribirse como beneficiarios de ningún adulto. Algunos casos ni siquiera cumplen el calendario vacunal. Tenemos niños en una maleta administrativa que solo salta cuando les haces un escáner caso a caso. La barrera que se ha creado en el acceso a la atención sanitaria está afectando a personas que en principio no deberían estar excluidas si se cumpliera la normativa.



Nota: con posterioridad a la publicación de esta entrada @yolanda_anr1 me comenta que el padre del niño de la maleta sí intento traerlo legalmente pero le faltaban 40€ de ingresos mensuales. Aún así, creo que el ejemplo sigue siendo válido. Una normativa absurda que lleva a hacer cosas absurdas.

martes, 5 de mayo de 2015

Sentencia del Tribunal Constitucional respecto a la privatización sanitaria



El Tribunal Constitucional (TC) se ha pronunciado recientemente sobre un recurso de 50 senadores del PSOE contra la privatización de la gestión que hospitales y centros de salud. Os dejo aquí la sentencia completa.

Aunque el TC básicamente desestima el recurso, sí anula el artículo 63 de la ley 8/2012, de 28 de diciembre, de acompañamiento a lospresupuestos de la Comunidad de Madrid. Os copio los artículos 62 y 63 de dicha ley:

Artículo 62. Reordenación de la asistencia sanitaria en los Hospitales Infanta Cristina, Infanta Sofía, Infanta Leonor, Sureste, Henares y Tajo
1. De acuerdo con lo que establece el artículo único de la Ley 15/1997, de 25 de abril, sobre habilitación de nuevas formas de gestión del Sistema Nacional de Salud, se habilita al Servicio Madrileño de Salud para adjudicar contratos para la gestión del servicio público de asistencia sanitaria especializada en los Hospitales Infanta Cristina, Infanta Sofía, Infanta Leonor, Sureste, Henares y Tajo, que garantizarán los adecuados niveles de calidad, atención y derechos de los usuarios.
2. La Unidad Técnica de Control de los servicios de explotación de las obras públicas de los Hospitales de la Comunidad de Madrid indicados, creada por Orden 2073/2007, del Consejero de Sanidad, de 12 de septiembre, realizará las funciones de vigilancia, seguimiento y control de la ejecución de los nuevos contratos.
3. Se habilita al Servicio Madrileño de Salud para dictar las instrucciones de funcionamiento que sean necesarias para garantizar la correcta prestación y niveles de calidad de los servicios, a cuyos efectos podrá establecer los órganos y procedimientos de coordinación oportunos o asignar a cada sociedad las funciones que a estos efectos resulten adecuadas.

Artículo 63. Modificación parcial de la Ley 12/2001, de 21 de diciembre, de Ordenación Sanitaria de la Comunidad de Madrid
Se modifica el artículo 88 de la Ley 12/2001, de 21 de diciembre, de Ordenación Sanitaria de la Comunidad de Madrid, que queda redactado de la siguiente forma:
"Artículo 88. Organización y gestión
1. Los centros y establecimientos que integran el Servicio Madrileño de Salud se podrán configurar como instituciones sanitarias del citado ente sin personalidad jurídica propia, o bien como entidades sanitarias dependientes del mismo, de titularidad pública y con personalidad jurídica propia. En este caso, las mismas podrán adoptar cualquiera de las figuras organizativas previstas en el ordenamiento jurídico y su creación se realizará mediante Decreto del Consejo de Gobierno.
2. Cuando la gestión de los centros de atención primaria se realice por cualquiera de las formas de gestión indirecta previstas en el Texto Refundido de la Ley de Contratos del Sector Público, aprobado por Real Decreto Legislativo 3/2011, de 14 de noviembre, podrá ofrecerse la gestión de los centros preferentemente a las sociedades de profesionales con personalidad jurídica propia, que estén constituidas total o mayoritariamente por los profesionales sanitarios que presten sus servicios en el Servicio Madrileño de Salud, con la finalidad de promover un mayor grado de implicación de los profesionales en el proceso de desarrollo, racionalización y optimización del sistema sanitario público madrileño.
Establecida la preferencia, en caso de que la gestión de los centros no se asigne a cualquiera de las sociedades de profesionales creadas al efecto, podrán concurrir para su gestión el resto de personas físicas o jurídicas legalmente constituidas.
3. El Consejo de Gobierno mediante decreto, determinará los requisitos necesarios para acreditar las sociedades profesionales a que se refiere el apartado anterior.
4. El Consejo de Gobierno mediante decreto podrá definir el estatuto jurídico que dé cobertura a la autonomía económica, financiera y de gestión de los centros dependientes del Servicio Madrileño de Salud.
5. Los centros y establecimientos que integran el Servicio Madrileño de Salud deberán contar con un sistema integral de gestión que permita de acuerdo con su planificación estratégica, implantar técnicas de dirección por objetivos, sistemas de control de gestión orientados a los resultados y sistemas de estándares de servicios, delimitar claramente las responsabilidades de dirección y gestión, y establecer un adecuado control en la evaluación de los diferentes parámetros que influyen en los costes y la calidad de la asistencia.
6. De acuerdo con lo que se establezca reglamentariamente, los centros y establecimientos deberán confeccionar y remitir al Servicio Madrileño de Salud periódicamente, cuanta información sanitaria y económica le sea requerida".

La sentencia del TC no anula el artículo de la privatización de hospitales pero sí el artículo que privatizaba la gestión de centros de salud. En la página 38 de la sentencia veréis que la razón por la que lo anula es por dar preferencia a sociedades de profesionales que ya están trabajando en el Servicio Madrileño de Salud. El tribunal no considera que los contratos de la privatización hospitalaria supusieran una privatización del aseguramiento sanitario, como defendía el recurso.

A Esperanza Aguirre no le haya faltado tiempo para celebrar la sentencia. Pero hoy conviene recordar que otro tribunal, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, sí detuvo el concurso que privatizaba la gestión de hospitales. No por inconstitucional, sino por haber vulnerado la ley de contratos del sector público.

lunes, 1 de diciembre de 2014

¿Rajoy ha cesado a Mato por casualidad?

Hace ya cinco días que el Sr. Rajoy decidió prescindir de los servicios de Ana Mato en el Gobierno de España. Pasado este tiempo hemos comprobado que, al contrario de lo que ocurrió con Gallardón, esta vez Rajoy no tiene prisa para encontrar sustituto. Una falta de prisa que, por otra parte, no nos sorprende.

El hecho de que desde el gabinete de la ministra se descartase la dimisión el mismo día que se produjo, hace sospechar que nos encontramos ante un cese y no una dimisión. Pero lo que todavía no ha quedado claro es si Rajoy cesó a Mato por corrupta, por incompetente o por casualidad.

Según el auto judicial, en 6 años Ana Mato pudo ser "partícipe a título lucrativo" de la menos 732.640,37 euros de origen ilegal. Pero igual que Mato, todo indica que el Partido Popular también ha sido partícipe de los millones de Bárcenas y no parece que ni su presidente ni su secretaria general se planteen dimitir.

Probablemente Mato pasará a la historia como ministra de Sanidad fundamentalmente por dos razones:
  • por implantar la exclusión sanitaria a inmigrantes en situación irregular. Una medida injusta e insolidaria. El escaso ahorro, si existe, no se justifica con el sufrimiento humano que genera. Es una medida que además contradice lo hecho por el propio Partido Popular cuando gobernó en legislaturas anteriores.
  • por su nefasta gestión de la crisis del ébola, con aquella memorable lección sobre como sembrar el pánico en la población con una rueda de prensa.
El del 26 de noviembre no era el primer auto judicial que afectaba a Ana Mato, y sus problemas al frente del ministerio tampoco parecían haberse agravado. La casualidad quiso que al día siguiente Rajoy tuviera programado un pleno para hablar sobre sus no planes contra la corrupción, y estamos ya en período preelectoral. No es la primera vez que un alto cargo del PP madrileño dimite en esta legislatura en medio de sospechas de corrupción. Mato seguirá siendo diputada, por tanto aforada, y miembro del Comité Ejecutivo del PP. Rajoy no la ha despedido, sólo la ha recolocado.

Corrupción, incompetencia, ¿casualidad? Sea por lo sea, Ana Mato es una ministra a la que no echaremos de menos.